jueves, 29 de abril de 2010

Histórias de Hopitales..




El tiempo en los hospitales siempre se hace largo, cuando crees que son las 21 horas resulta que solo son las 18, llega un momento por las noches que los enfermos se sienten realmente cansados de aguantar tanto tiempo en cama. Una especie de sopor y cansancio les invade.

Mis recuerdos de hospitales siempre han sido malos, pero tengo uno que guardo con mucho cariño en mi memoria, aunque para vosotros quizás sea irrelevante.
Resulta que durante mi estancia en un hospital, al llegar la media noche, de pronto se abría la puerta de mi habitación que siempre estaba a oscura, y esta quedaba inundada solo por la luz del pasillo.
Después, entraba una enfermera, siempre del turno de noche, a la que nunca podía ver su cara. Esta mujer era gordita, de estatura media y llevaba puesto su uniforme en el que se podía apreciar que las mangas le estaban un poco justas.
Caminaba con ese movimiento que suelen tener las personas gorditas al caminar, ese movimiento de vaivén de izquierda a derecha y los brazos separados del cuerpo como si trataran de guardar el equilibrio. Cuando entraba, la habitación quedaba toda ella impregnaba de un olor suave a colonia Nenuco .Yo, con el sueño y el sopor de la noche, imaginaba que era un ángel.
Al entrar siempre me decía:
-¿José Mª quieres un zumito? ¿De que lo quieres?
Yo, soñoliento siempre, le decía:
-Dámelo de piña por favor...
-Nooo de piña nooo, te producirá acidez…Te lo doy de melocotón ¿vale?
Al día siguiente entraba a la misma hora y preguntaba lo mismo.
-José Mª ¿quieres un zumito? ¿De que lo quieres?
Yo medio dormido y aturdido le respondía:
-Dámelo de piña por favor...
- Nooo de piña no que te producirá acidez… creo que te lo voy a dar de melocotón.

Este dialogo siguió así casi los 11 días que estuve hospitalizado.
Llegó la última noche y se repitió la escena, pero esta vez fue diferente.
-¿José Mª de que quieres el zumito hoy?
Yo le contesté ,pensándolo un momento:
- …. de melocotón, dámelo de melocotón …
-Noooo de melocotón no, mejor tómatelo de piña.

En fin, que al final me fui a casa, pero siempre recordaré con cariño aquella enfermera gordita que olía a Nenuco, aquella énfermera-angel .de la que nunca supe como era su cara y de la que nunca supe el porqué, al final, optó por darme aquel zumo de piña cuando ya me tenía convencido.

2 comentarios:

  1. Yo creo, que se habían terminado los zumos de piña y la enfermera-angel,por no decepcionarte te ofreció el de melocotón, pero, conmovida por tu insistencia, pidió el de piña, entonces tu le pedistes el de melocotón y ya se habían terminado....bueno, algo asi.
    Es que las "cositas" de la vida son, a veces ,un poco raras...como los sueños...pero,lo has contado de forma muy divertida.
    Que bueno es el zumo de piña!!!...sobre todo cuando estás malito/a...

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  2. Y que malitos son los colchones de las camitas de hospital, pero que malitos...Yo creo que lo hacen para que nos marchemos prontito a casa ¿no cren? Y que malita está esa agüita a la que llaman café con leche ¡que malita está, Y esa comida sin sal...pero menos mal que de cuando en cuando al filo de la media noche aparece un angel tirando de un carro con zumos de piña y melocotón. Bueno lo importante es que pasara los diez zumos de melocotón y el que hacía once de piña, y regresara al hogar. Que nos hace mucha falta amigo: usted los zumitos se los toma en casa ¿vale? ¡Prohibido ponerse malito!
    Vezoz moxos
    Judea de Lasa.

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